RESEÑA BIOGRAFICA Monseñor Lorenzo Rodolfo Guibord O.F.M., fundó el Colegio San Antonio de Padua en 1957, siendo su primer Director. Su dedicación y su trato amable y comprensivo, le hicieron ganar siempre el cariño de quienes formábamos parte del mismo. En 1967 fué nombrado Obispo Auxiliar de Monseñor Laberge. En 1969 fué nombrado Vicario Apostólico de San José del Amazonas, teniendo que dejar a todos sus queridos amigos del colegio y la parroquia. En 1981 fue nombrado miembro honorario de la Asociación de Ex–alumnos del Colegio San Antonio de Padua (A.E.C.S.A.P.). La Conferencia Episcopal lo nombró Presidente de CARITAS del Perú, cargo que desempeñó durante 6 años. Actualmente, su cariño hacia todos sus amigos y compañeros de tantas experiencias, permanece intacto.

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Estimados Ex-alumnos de San Antonio de Padua,

Muy pocos de Uds., pueden recordar el día de su inscripción en el Colegio. Sólo la Primera y Segunda Promoción empezaron a recibir clases en el local de las Madres de Ntra. Señora de Los Ángeles,entrando por la puerta de Estados Unidos Nro. 838, por gentil préstamo de aulas, mientras procedía la construcción de la calle Bogotá (Luis N. Sáenz).

Yo tenía 34 años en ese día 10 de Octubre de 1957, cuando, sin mayor ceremonia, tiraba la primera pala de tierra, rodeado del Sr. Rómulo Maggiolo y sus obreros. El primero de Abril siguiente, esas dos promociones se mudaban al local de Bogotá, que empezó a crecer vertiginosamente, con dos aulas, y dos mas, y tres mas y tres mas, hasta las 24 que se terminaron antes que el Señor dio otra orientación a mi vida. Así las diez primeras generaciones crecieron en sabiduría, y tomaron raíces en mi corazón y en el suyo.

Qué alegría ver a las promociones llevar nuestra bandera en alto en todos los ámbitos de la sociedad. Qué alegría verles ahora, volviendo a encontrarse después de décadas en la vida pública. Con mis ochenta años, ya no espero encontrarme con todos para celebrar en el 2,007, los 50 años de los comienzos.

Pero... sólo son tres años más de espera. El Señor de repente, me hará esta gracia, de volver a ver a todos reunidos en una Asociación revitalizada.

Cuídense como yo, Uds. con su familia, yo con mis recuerdos y las bendiciones que mentalmente pero de todo corazón sigo mandándoles a raudales.

Con todo afecto, para siempre,